El Fénix
lunes, 15 de febrero de 2010
Sobre nosotros no hay mucho que decir, otro año mas que pasamos en la open donde sentimos que no pertenecemos, mas allá de la discusión del talento, que claramente nos tiene a años luz de distancia, la mitad de los equipos que enfrentamos en un torneo, no están para el siguiente, ya sea por que murieron o por que no viajaron, es difícil generar interés en una categoría open que cambia de protagonistas con rapidez, además no hay claridad en los sistemas de ascenso y descenso, lo que terminara generando eventualmente problemáticas de inscripción.
En 2009 jugamos Barranquilla, Cali, Nacional Ajuc, Bogota como hombres, en el primero fuimos la perra del torneo, en el segundo perdimos en cuartos con un YamiKie cargado, en el 3ro perdimos en primera ronda y quedamos de 12 general y en el 4to perdimos en semifinales ante un Mohicanos también cargado. Nuestro equipo es muy fuerte unido pero parece haber cada vez mas gente que prefiere que compitamos separados en una modalidad que garantiza mas puntos. Tuvimos puntos altos, como el de Medellín donde estuvimos compitiendo en todos los partidos excepto uno donde nos afecto demasiado el viento. En general cosas buenas, desarrollo de jugadores interesantes, 3 o 4 jugadores que se agregaron al proceso importantísimos pero sigue quedando el sinsabor de no haber ganado lo que se debió haber ganado.
Las niñas alcanzaron la final open en Medellín, luego el campeonato en Cali, luego tuvieron su punto mas bajo en Nacionales quedando de ultimas y luego de nuevo la final en Bogota, en una semifinal a la que se llego solo por un sistema de juego muy polémico, pero hey! Que podiamos hacer? Se jugo y se gano, de nuevo subcampeonas. Un buen año para ellas en términos relativos, por que en términos absolutos la verdad es que la brecha con las elite se sigue haciendo más grande y no se ve pronto una manera de cerrarla.
Leviathan, el proceso sub15 va cojeando, el numero de niños fluctúa mucho, y la verdad ganas de cerrarlo no han faltado, pero los papas y los niños que están son suficientemente entusiastas para convencernos de lo contrario.